¿Qué es una Supernova?

¿Qué es una supernova y qué tipos hay?

Una supernova es la explosión más grande y brillante que puede ocurrir en el universo. Se produce cuando una estrella masiva muere y libera una enorme cantidad de energía y materia al espacio. Una supernova puede emitir más luz que toda una galaxia durante un breve periodo de tiempo.

Las supernovas son fenómenos muy importantes para la astrofísica, porque son la fuente de elementos pesados que se forman por fusión nuclear o por captura de neutrones. Estos elementos se dispersan por el espacio y pueden formar parte de nuevas generaciones de estrellas o planetas. Además, las supernovas pueden dejar restos muy interesantes, como nebulosas, estrellas de neutrones o agujeros negros.

Existen dos tipos principales de supernovas, según su origen y su mecanismo:

Supernovas de tipo I:

Son las que se producen por la explosión termonuclear de una enana blanca. Una enana blanca es el remanente de una estrella de masa baja o media que ha agotado su combustible nuclear y se ha quedado sin presión para contrarrestar la gravedad. Si una enana blanca forma parte de un sistema binario, puede robar materia de su estrella compañera y aumentar su masa. Cuando supera un límite crítico, llamado límite de Chandrasekhar, la enana blanca se vuelve inestable y empieza a fusionar el carbono y el oxígeno que tiene en su interior. Esto desencadena una reacción en cadena que hace que la enana blanca explote por completo y libere una gran cantidad de energía y elementos pesados al espacio. Las supernovas de tipo I se dividen en subtipos según su espectro y su luminosidad. El subtipo más común es el Ia, que se usa como candelas estándar para medir distancias cósmicas.

Supernovas de tipo II:

Son las que se producen por el colapso del núcleo de una estrella masiva. Una estrella masiva es aquella que tiene más de 8 o 9 veces la masa del Sol y que quema su combustible nuclear muy rápidamente. Cuando la estrella consume todo el hidrógeno de su núcleo, empieza a fusionar otros elementos más pesados, como helio, carbono, oxígeno o hierro. Cada vez que cambia de elemento, la estrella forma capas concéntricas como una cebolla. Sin embargo, cuando llega al hierro, la fusión nuclear ya no libera energía sino que la consume. Esto hace que el núcleo se contraiga y aumente su temperatura y presión hasta que se vuelve inestable y colapsa sobre sí mismo en una fracción de segundo. El colapso genera una onda de choque que rebota en el núcleo y hace que las capas exteriores de la estrella salgan despedidas al espacio con gran violencia. El núcleo puede quedar como una estrella de neutrones o un agujero negro, según su masa. Las supernovas de tipo II también se dividen en subtipos según su espectro y su luminosidad. El subtipo más común es el II-P, que muestra una meseta en su curva de luz.

Las supernovas son eventos muy raros y difíciles de observar directamente

Se estima que ocurren unas 2 o 3 supernovas de tipo II cada siglo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, y unas 6 o 7 veces menos las de tipo Ia. Sin embargo, gracias a los telescopios modernos podemos detectar supernovas en otras galaxias más lejanas. La primera supernova registrada históricamente fue observada por astrónomos chinos en el año 185 d.C. La última supernova visible a simple vista desde la Tierra fue la SN 1987A, que ocurrió en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia vecina a la nuestra.

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